martes, 8 de marzo de 2011

Suicidas a domicilio

Un texto para reflexionar........

Quién no ha subido nunca en lo alto de las cosas imposibles. Quién no ha palpado jamás el vacío de un por qué no. Quién no ha sentido el precipicio de las cosas que algún día juró no hacer. Quién no se ha visto en el espejo de un me da miedo, de un ya nos veremos, de un quédate hoy. Que levanten la mano y escondan la piedra. Que madruguen si les ayuda, que Dios les pille confesaos.

Estas letras son un homenaje a todos aquellos que alguna vez se han dejado la piel por dejarse llevar, a todos los que mandaron su razón a la mierda y lo hicieron de todo corazón, a los que ya no encuentran porque se lo han buscado, a los que prefieren vivir de esta manera antes que irse muriendo de cualquier otra, a los que eligen desterrarse de toda estabilidad y exiliarse de cualquier cosa parecida a la comodidad. Suicidas a domicilio e inquietos por vocación.

A estos inadaptados emocionales sólo les mueve lo que realmente les mueve, sólo lo sienten si no se les hace sentir. Rechazan la continuidad como valor supremo y absoluto, absurda ley que postula que las cosas, con el tiempo, no hacen más que mejorar, enriquecerse y madurar.
Y eso, para los que hacen negocio vendiéndonos un futuro mejor, resulta particularmente incómodo. Iglesia, Estado y grandes corporaciones se enriquecen a base de endiñarnos un mañana muchísimo más prometedor que este ahora, el único que realmente nos pertenece. De ahí que haya que sedarnos con mentiras tan vendibles y eternas como sacrificio, esfuerzo, inversión, pensiones y vida eterna. El sudor de tu frente, el valor del contribuyente, porque tú lo vales. Toma, tú vete haciendo tus insignificantes planes para ser feliz el día de mañana, no se te vaya a ocurrir intentarlo a día de hoy, que eso no computa, no cotiza y lo que es peor, no renta.

Malos tiempos para ser incoherente, impulsivo, espontáneo. No es muy maduro eso de llevarse la contraria a uno mismo. No queda bien intuir en lugar de razonar. No parece inteligente tener corazonadas y sentir en consecuencia. Siempre aparece una Wendy Pan dispuesta a recordarte que igual Nunca Jamás valió la pena. Siempre hay una mirada condescendiente deseándote suerte... otra vez.

Pues mira, tú haz lo que quieras, pero yo me niego. Me niego a que conceptos como pasión, taquicardia y enamoramiento, estén mal vistos sólo por efímeros, transitorios o coyunturales. Me niego a creerme que los que renuncian a ellos y duran mucho tiempo son más felices, ríen más y sufren menos. Que tanto descalabro sentimental a nuestro alrededor igual es síntoma de que hay algo que no funciona.

Como alguien escribió alguna vez....... cuando habla el corazón es de mala educación que la razón le contradiga.

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