¿Nunca os habéis planteado como habría sido vuestra vida si hubieseis elegido
otro camino? ¿Qué habría sido de mi si no hubiera tenido la familia tan maravillosa que tengo? ?Qué habría pasado si no me hubiera levantado de los golpes recibido? ¿Qué habría pasado si no hubiera decidido dar el paso de irme al
extranjero (Londres 2010, Mánchester 2012 y ahora Panamá)? Qué habría pasado si
ese día en lugar de salir me hubiera quedado en casa llorando? ¿Qué hubiera
pasado si hubiera gritado en lugar de callar? ¡¿Y si hubiera escuchado en lugar
de hablar de más? ¿Sería otra persona? ¿Tendría otros amigos? ¿Otro novio?
¿Otra ropa? ¿Otro pelo? ¿Tendría una vida diferente o se mantendría todo
igual?
El destino no
da tanto miedo como la posibilidad de que podamos cometer un error enorme con
un mínimo movimiento, no creéis? Siempre he dicho que los días realmente
importantes vienen sin avisar, te cambian la vida sin que te des cuenta. Son
besos inesperados, decisiones caprichosas, arrebatos, corazonadas que seguimos
a ciegas. Son despedidas sin saber que son para siempre. Situaciones para las
que no estás preparado y que llegan sin cita previa. Hoy mismo puedes haberte
cruzado con el amor de tu vida sin saberlo. Puedes haberle sonreído al salir
del ascensor. Puede haberte visto pasar en un semáforo desde su coche esperando
a que se pusiera en verde. Puede que hayas respondido en clase y se haya fijado
en ti. Por el hecho de llegar tarde a algún sitio puedes haber cambiado por
completo el curso de los acontecimientos.
A pesar de que
ahora puedo ver muchas cosas en perspectiva y aseguraros que mi vida entera es
el resultado de las decisiones que tomé sin pensar, he de decir que creo en las
corazonadas. Creo en el destino. Creo que por muchas vueltas que podamos dar,
si tenemos que llegar a algún sitio, llegaremos a dónde tenemos que llegar, no
a dónde nosotros queremos. Estoy tan segura porque las decisiones y los hechos
que realmente me cambiaron la vida no fueron premeditados. Siempre me dejo
llevar cuando se trata de cosas importantes. Es involuntario, como si mi cabeza
se desconectara de mi cuerpo y automáticamente el corazón tomara las riendas.
Es inexplicable, de repente veo claro el camino que debo tomar, avanzo segura
como si siguiera migas de pan. Se parece bastante a los flechazos.
Eso no es
todo. Hay ciertos elementos que tardaron bastante en encontrar la manera de
colarse en mi vida, sin embargo al final entraron sin avisar y han venido para quedarse (o eso espero... ;D ).
No se si he
conseguido explicarme bien porque las sensaciones hay que sentirlas para poder
entenderlas. Solo quiero decir que no debemos preocuparnos tanto por los pasos
que damos ni por lo que vivimos ahora mismo porque todo pasa antes de lo que
pensamos. Por muy malo que sea, si pasa es porque tenía que pasar. Porque
teníamos que aprender una lección o que tomar un camino que ni siquiera nos
habíamos planteado. Desde que cierro los ojos más, desde que confío en mi
intuición, me va mucho mejor. Ya los decía Steve Jobs: tenemos que
confiar en nuestro corazón porque a veces sabe antes que nosotros lo que
realmente necesitamos. En definitiva, tenemos que olvidarnos de la vida que
teníamos pensada para poder vivir la que nos espera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario