lunes, 16 de mayo de 2011

Nunca es tarde...

Sabéis ese momento en el que te das cuenta que ya nada es lo mismo, que has dejado de ser....¿especial?

Y me refiero solo al tema chico-chica, chica-chico, chico-chico, chica-chica, me refiero también a compañeros, familiares e incluso amigos.

Hay relaciones que, por ser de amistad, te crees que nunca van a acabar o que estáis condenados a entenderos siempre, pero no...en ocasiones las cosas cambian y ya nada es como antes.

Cuando el tiempo pasa, resulta agradable recordar un olor, ser capaces de imitar unos gestos característicos e incluso unos hábitos, poder rememorar frases o expresiones que eran una seña de identidad. Es incluso mágico recordar imágenes almacenadas en la retina y es trágico olvidar una voz a través del tiempo y la distancia.

Personalmente creo que no todos los pasos pueden seguirse ya que no todos los caminos conducen al mismo lugar. Las reglas cambian según el juego y a veces incluso, según el jugador. No todo lo ajeno es impropio, ni tampoco todas las preguntas son inadecuadas.

Con nuestra forma de actuar nos convertimos en mártires, en víctimas, en verdugos, en amantes, en cuentacuentos, en correveydiles, en sicarios y en supervivientes, todo depende de las circunstancias de cada momento. Olvidamos fácilmente y con cierto ímpetu.

En nuestro día a día, somos relativamente honestos, relativamente crueles, relativamente mentirosos, relativamente amables, relativamente curiosos. En definitiva, somos..........relativos.

Durante la vida conocemos gente, los queremos y los convertimos en tesoros. Son tesoros autónomos e independientes, pero nos olvidamos de que los tesoros deben cuidarse. Deben cuidarse porque pueden perderse, pueden ser robados e incluso pueden empeñarse. A veces, nos desprendemos de ellos imaginando que son una carga innecesaria y no pensamos que no siempre la culpa es de los otros....

Ante todo esto creo que hay una realidad incuestionable y que pasa inadvertida: es imposible borrar nuestras huellas de las vidas que tocamos. Siempre vamos a estar ahí, aunque sea en la memoria.

Por eso, si no queréis quedaros en ser un simple recuerdo, hay que cuidar lo que se quiere y luchar por ello. Así, siempre podéis volver a ser....especiales.

1 comentario:

  1. Bonitas y correctas palabras las que expresas, y sobre todo ciertas.
    Pero como dices las amitades hay q cuidarlas y no siempre se pueden cuidar, o no como nosotros quisieramos, ya sea por trabajo, por la distancia, o por relaciones de pareja q nos ocupan demasiado tiempo. Lo ideal es llegar a un equilibrio entre todo y no siempre es facil de llevar a cabo.
    De todas formas yo ( y creo q no soy el unico) puedo contar con un o dos de mis manos los verdaderos amigos con los q cuento, se q muchos estais ahi para lo que haga falta, pero los amigos con los q te distancias y cuando vuelves a verlos son como si los hubieras visto el dia anterior son muy pocos, y asi es como deberia ser la verdadera amistad.
    En fin amigos hay q tener, y hay q cuidarlos eso no cabe duda.

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