sábado, 16 de febrero de 2013

¿Es imposible olvidar?



El ser humano es el único animal que reproduce estados fisiológicos propios de situaciones reales tan solo con imaginarlas, con recordarlas. ¿Sabes cómo repercute en nuestra fisiología y conducta la incapacidad de olvidarnos parcial o totalmente de ciertos recuerdos? Es difícil vivir el "ahora" si nuestra mente hace presente experiencias pasadas. A los casos patológicos se les llama Hipertimesia. 



¿Os imagináis que fuésemos capaces de recordar todo lo que nos ha pasado en la vida? Sin duda eso nos avocaría a una vida plagada de sufrimiento, donde los recuerdos volverían una y otra vez, tan ciertos y nítidos como si hubieran ocurrido hace unos minutos.

Está fuera de toda duda que nuestro cerebro es capaz de hacerlo. Estudios hablan desde hace años que solo aprovechamos el 10% del potencial que tiene. Sin embargo nuestro cuerpo, como la naturaleza, es sabio. Sabe que debe olvidar para permitirnos vivir, olvidar es un mecanismo de defensa. El tiempo lo cura todo y, aunque deseemos que en nuestra memoria perduren recuerdos amargos, no se puede luchar contra la naturaleza. El tiempo y nuestro cuerpo nos hace olvidar, afortunadamente, porque si fuera por nosotros (inconscientes de nosotros) no avanzaríamos nunca. Afortunadamente, yo he aprendido a olvidar, pero ¿qué pasa si no puede?, ¿Cómo se lucha o se compite contra un recuerdo? Es difícil.

Para poder vivir el presente es necesario no preocuparse por el pasado, ni tampoco por el futuro. Hagamos caso a la naturaleza y a nuestro cuerpo entonces, desprendámonos de todo lo que no nos sirve, esos pensamientos pasados que acabaremos olvidando. Ayudemos a nuestro cuerpo a hacerlo con una buena predisposición, y así disfrutaremos del momento, que no se volverá a repetir y que es único.

jueves, 14 de febrero de 2013

Carnavales en el Paraíso

Nunca pensé que un viaje organizado tan precipitadamente podía salir tan bien. Después de más de dos semanas intentando encontrar para Carnavales un alojamiento asequible en alguna zona caribeña de Panamá y sin resultado alguno, el mismo viernes por la tarde decidimos quemar el cartucho final y buscar ofertas de último minuto. Contra todo pronóstico y gracias a que una chica se tuvo que marchar antes de tiempo conseguimos una habitación en un hostel en la isla de Bastimentos (Bocas del Toro).
Bocas del Toro es uno de los destinos turísticos por excelencia sobre todo para surferos y amantes de la naturaleza. Es un paraíso que merece la pena conocer y en el que no me importaría vivir una larga temporada.

Nuestro afán por irnos de Penonomé en Carnavales se debía a varios motivos. En primer lugar, la propia gente de aquí nos decía que en Carnaval lo normal es romper con tu pareja, haces lo que quieras en esos días y después vuelves como si nada. (Sé que muchos pensaréis.... anda! mira que bien! Bribones, que sois unos bribones). Yo al principio no me lo creía, pensaba que eran unos exagerados y que no sería para tanto  pero cuando vi que hasta los anuncios de la tele y de los periódicos hacían referencia a ello empecé  tomármelo en serio. "Estos Carnavales, cuando rompas con tu hembra, ven al Machetazo (un supermercado de aquí) y compra tu kit carnavalesco,  la cerveza balboa a tnto , el vodka a tanto, el ron abuelo a tanto, etc.." Y se veía a una pareja peleando y a ella abofeteándole la cara mientras él se iba detrás de otra que pasaba..... Como ese, anuncios en la prensa y en la radio también. Realmente, esto más que un motivo para no ir era una anécdota que quería contar.

Penonomé es un pueblo donde no hay mucho que hacer pero tienes uno de los carnavales más famosos del país y que atrae a muchísima gente de la capital y las zonas de los alrededores. Cuando hablo de Carnavales que no se os venga a la cabeza un ejército de exuberantes mulatas en tanga, bailando samba con impresionantes y coloridos vestidos. Aquí los carnavales se limita casi exclusivamente a beber y a desfasar. Nosotros vivimos en todo en centro del pueblo con lo cual o no íbamos fuera o nos metíamos de lleno en la fiesta ya que dormir sería, cuanto menos, imposible.

Los "actos" comenzaban a las 9 de la mañana con "la mojadera". Un camión cisterna mojaba a manguerazos  a la gente desde bien temprano para poder aguantar el calor. Cantimploras, mochilas con depósitos par líquidos y todo tipo de inventos caseros servían para llenarlos de "trago" (cubatas) y que no se derramara. 
Nosotros solo fuimos un ratillo el viernes por la noche porque teníamos que salir muy temprano para Bocas  ya que nos esperaban 8 horas de coche hasta donde teníamos que coger el "Water taxi" hasta la isla. La verdad es que no vivimos mucho el ambiente porque queríamos acostarnos antes de que empezara la fiest fuerte. Afortunadamente conseguimos dormirnos a tiempo pero a eso de las 4 de la mañana algunos borrachuelos rondaban la casa buscando un huequecito  (nuestro porche) para descansar y un rinconcito  (nuestro pasillo lateral) privado para llamar a Braulio.... (vomitar). Yo, que cuando tengo que hacer un viaje duermo poco por los nervios, con el ajetreo carnavalesco menos aún. Pero la gran sorpresa nos la llevamos  cuando finalmente decidimos levantarnos para irnos. Eran como las 5.30 de la mañana, preparamos los sanwiches para el camino, ultimamos detalles y salimos por la puerta cuando nos encontramos que nos habían dejado un regalito en el pollete de la entrada. Inocente yo le digo a Jose:

-Eso debe ser un helado de chocolate que alguien ha derramado.....
-Carmen, eso es una mierda!!, me contestó
Efectivamente, alguien había decidido cagarse en nuestro porche y digo alguien porque era mierda humana!! Qué asco!!!! jajajaja

Bueno, pues tras el alegre despertar por fin pusimos rumbo a nuestro destino. Sobre las 6 de la mañana paramos en el super (24h) para comprar un par de cosas y no os imagináis el ambiente que había. Mujeres, hombres, niños, ancianos, etc... recorrían los pasillos y los carros llenos de cervezas y bebidas llenaban cajas. Se sentían los carnavales!!!

Tras 8 horas de coche y como 6 controles policiales llegamos a Puerto Almirante, el pueblo de donde salían las barcas. Nos metimos en dirección contraria huyendo de unos chavales que nada más que hacían perseguirnos para guiarnos hasta los taxis y sacarse una monedas. Finalmente y  tras la mala cara del policía que nos dijo que no podíamos seguir, dimos la vuelta y nos dejamos guiar por los jóvenes hasta un "parking" donde dejar el "carro" (coche).

-En este lo podéis dejar por 5 dólares al día pero tenéis que dejar las llave....
- Ni de coña!, dijimos Jose y yo.
-Allí hay otro que cuesta lo mismo pero no tenéis que dejarlas....
Allá que fuimos hasta en una parcelita de un señor mayor que hablaba en inglés  y dejamos el coche con la incertidumbre de si  lo encontraríamos a la vuelta.

Desde Almirante teníamos que ir a Isla Colón (la  isla central) y de allí a Bastimentos. La espera se hizo un poco larga pero en cuanto nos acercamos a las cristalinas aguas del Caribe y sentimos la brisa marinera tanto el cansancio como el hambre (un sanwich en todo el día....) aplacaron. Llegamos a Bantimentos como a las 16.30, hicimos el check-in y directos a la playa.... nuestro primer baño en el Caribe!! Una experiencia inolvidable!!!
Echamos la tarde en la playita, nos tomamos una cervecita y después al hostel para cenar y descansar que nos hacía mucha falta.

Al día siguiente nos levantamos tempranito, desayunamos en el bar (un desastre) y nos fuimos al embarcadero a esperar que alguna barquita llegara para montarnos. En el embarcadero conocimos al que fue nuestro "Capitán" durante todo el día (a saber el título que tendrá ese señor pero el se autoproclamaba así). En el trayecto hasta Isla Colón, que por cierto se llama así porque la descubrió Cristóbal Colón, cerramos un precio para que nos llevara a algunos de las islas más turísticos. Mientras esperábamos a que nuestro Capitán recogiera a una parejita con la que había quedado antes dimos un paseo por el pueblo donde pudimos ver los efectos del carnaval y de la fiesta de la noche antes. Gente durmiendo por la carretera (literalmente), algunos borrachos que aún seguían su fiesta y trabajadores limpiando sus puestos de comida y bebida llenaban la calle. Compramos agua y cerveza para el camino y fuimos en busca de nuestro Capitán.


La primera parada fue en Bocas del Drago, un paraíso de arena blanca y aguas cristalinas flanqueado por grandes palmeras que dejaban caer sus cocos en la orilla. Después de un relajante baño en una playa solo para nosotros nos fuimos al restaurante donde pudimos disfrutar de una langosta fresca en salsa de ostión acompañada de patacones y arroz con coco por tan solo 20 dólares........ Un lujo al alcance de la mano!!!


Después de comer nuestro capitán nos llevo a "Playa estrella". Aquí se suponía que la orilla estaría repleta de estrellas de mar pero había tanta gente que las todas las estrellas menos dos huyeron de los gritos  y del reggaeton. Esta playa nos decepcionó un poco, pero al menos conseguimos hacernos alguna fotillo con las estrellas.





De Playa Estrella volvimos a Isla Colón con la idea de disfrutar del Carnaval y así hicimos. Compramos hielo y refresco en un chinito y nos sentamos en el parque con nuestra botellita de bacardi añejo. Del parque al escenario a un conciertillo de reggae (que no reggaeton) y de allí calle arriba y calle abajo viviendo el la fiesta. En una de esas caminatas vimos al jefe de nuestro Capitán en el embarcadero que nos llamaba por si queríamos que nos llevara a casa:
-Amigos, amigo.... ¿a casa?(y señala en su muñeca)
-Más tarde, más tarde!!!, le dijimos.

Nos sentamos en una escalera a descansar y ver pasar la gente por la calle.
-Cuidao, primo!!! Le dijo Jose a un borracho mientras se caía de espaldas justo delante nuestra. (Había un vídeo grabado con el momento pero lo borramos sin darnos cuenta.... una pena!)
Después de reírnos del borracho (pegó un buen trompazo), se nos acercó un niño de unos 13 o 14 años y se dirigió a nostros diciendo....

-¿Puedo ofrecerme?, entendí yo.
-¿Puedo ofrecerle un beso?, entendió Jose.

No sabemos qué dijo exactamente pero es triste ver como en un lugar de referencia turística mundial haya tanta pobreza que haga llegar a extremos desagradables como ese.... Después un niño que no tendría más de 7 años, jugaba con su monopatín en la puerta de un bar (del que nos fuimos sin pagar, por cierto) y casi se cae.... cuando vio que le habíamos visto y que le sonreímos como diciendo "no pasa nada, nadie se ha dado cuenta!", se acercó a nosotros y nos dijo refiriéndose a su monopatín:

 - Un dolar, una hora!
Lo que hace la necesidad, ¿verdad? Aprovechan cualquier oportunidad....!

Se hacía tarde y después de echar la última copa en un bar bastante curioso, lleno de gente curiosa... compramos otra botellita (pequeñita esta vez) en el chino y nos fuimos en busca de nuestro capitán. Lo encontramos en el mismo sitio donde lo dejamos y después de negociar el precio (15$), pusimos rumbo a Bastimentos. La temperatura no podía ser más agradable, el mar estaba en calma, millones de estrellas iluminaban el cielo y tras invitar a nuestro capitán a una copita, el trayecto que se supone que duraba 10 minutos se convirtió en un impresionante paseo entre manglares.

-Los capitanes no podemos beber si vamos a manejar, pero con ustedes voy a hacer una excepción porque me han caído bien, dijo.
Tan a gusto estaba el jodío que se bebió 4 copas, pimplándose así  la botella casi entera....jajajaja

Llegamos al muelle y a duras penas llegamos hasta nuestro hostel que estaba como  500 metros hacia dentro en plena selva y sin ningún tipo de iluminación. Creo que no he escuchado más ruidos juntos en mi vida! Qué mierdo!! Me asusté hasta de nuestra propia sombra.

Al día siguiente la resaca era considerable, costaba trabajo levantarse pero cuando el calor empezó a apretar en la habitación cogimos las toallas y nos fuimos a la playa. Allí alquilamos unas hamaquitas y una sombrita y echamos el día disfrutando de nuestras últimas horas en el paraíso.

La vuelta a la realidad ha sido dura pero lo que sí tenemos claro es que ha sido una experiencia muy recomendable y que repetiremos seguro!!!







jueves, 7 de febrero de 2013

Panamá!

Panamá es un país bonito (Penonomé que es donde vivo no), pero sobre todo es un país lleno de contrastes, donde el consumismo es lo que impera y la pobreza surge por todas partes a pesar de que el canal de Panamá deja ganancias de hasta 4 millones de dólares diarios.

Se puede ver gigantescos centros comerciales junto a tugurios y "barrios chungos", como solemos decir en España. El niño con su "celular" (teléfono móvil) chatea junto al niño que juega descalzo en los caseríos más pobres con una cajita de cartón.

Contrastes
Como he comentado antes el canal de Panamá genera un promedio de 4 millones de dólares diarios. Por cada barco que pasa por él se pide una cantidad exorbitante de "plata" (dinero, pasta, guita...) y la verdad es que todo el que venga por estas tierras pensará lo mismo "para el dinero que se recoge en este país debería desaparecer la clase pobre".

Pero no desaparece ni mucho menos, sino que al salir y darse una vuelta por la ciudad, la pobreza abunda, y es por eso que yo pregunto, ¿dónde se va la plata?... Nadie los sabe... o lo saben pero se resignan y hacen oídos sordos.

Canal de Panamá

Son billones lo que se gana en ese canal y es cierto, mucho del dinero se va en infraestructura, en personal, en ampliaciones, etc, pero con lo que se gana aquí es para que Panamá sea un país de primer mundo, un país sin pobreza.

No tenemos muchos amigos panameños, pero cuando nos reunimos con ellos siempre salen conversaciones sobre política, corrupción (desgraciadamente.... lo normal en los tiempos que corren) pero sobre todo de historia. Es interesante escuchar testimonios de primera mano de como muchos vivieron la invasión americana y muchos otros momentos de la historia reciente de su país. Los panameños lucharon mucho por la independencia ya que hasta 1903 Panamá pertenecía a Colombia y, posteriormente, por recuperar el control de canal que estaba en manos de los gringos y lo consiguieron con sangre (mucha), sudor y lágrimas. 

Dos de las historias que más me han marcado desde que estoy aquí son la ocurrida el 9 de enero de 1964, cuando 21 estudiantes murieron tiroteados a manos de los soldados norteamericanos mientras izaban una bandera de Panamá en la "zona" del Canal. Previamente el gobierno había llegado a un acuerdo en el que tenían que ondear las dos banderas, la americana y la nacional, pero los gringos se negaron y en un acto de rechazo y de defensa nacional los estudiantes se lanzaron a la calle sin saber que les costaría la vida.

La segunda de las historias sucedió años después en diciembre de 1989 y viene de la mano de lo que se conoce como La invasión de Panamá. Los americanos prefirieron llamarla operación "Causa justa" dirigia por Geroge Bush (padre) y cuya supuesta finalidad era derrocar al presidente Noriega que se había convertido en un dictador corrupto y que estaba entorpeciendo la labor de los americanos, aunque según ellos era para restablecer la democracia en el país.  


Fruto de esta invasión murieron miles de personas, pero no se sabe cuantas exactamente porque no se permitió hacer un censo tras los hechos. Además, los militares estadounidenses violaron a centenares de mujeres (sobre todo las de las zonas interiores) que poco tiempo después darían a luz a los que hoy se conocen como los "hijos de la invasión". Muchos de ellos han crecido con el estigma que supone ser rubio o de ojos claros en un país donde el color de piel es bastante oscuro.  

Actualmente, los americanos siguen estando muy presente en Panamá. El negocio de la minería, por ejemplo, está prácticamente controlado por ellos, solo espero que en esta ocasión no se derrame la sangre de los inocentes.

lunes, 4 de febrero de 2013

Haciendo las Américas

Poco más de tres meses y medio desde que escribí mi última entrada a la que titulé "La vida te cambia". Pues fijaros si me ha cambiado la vida en tan poco tiempo que decidí liarme la manta a la cabeza y lanzarme a hacer las Américas con Jose, mi compañero no solo de viaje sino de vida. Al principio dudábamos del destino, barajamos Chile y Argentina pero finalmente nos decidimos por Panamá donde llevamos ya 2 meses y medio. 


Sé que es este tiempo podría haber escrito para contar como van las cosas. Muchos me habéis preguntado y os habéis interesado, a algunos os he podido contestar y a otros no, pero lo prometido es deuda y aquí estoy.

Tengo que reconocer que no está siendo fácil. Llegamos a Panamá un 15 de noviembre con mucha ilusión, demasiado equipaje y unos ahorrillos para poder tirar mientras alguno de los dos encontraba algo. Afortunadamente, en poco más de una semana Jose consiguió un contrato como topógrafo en una empresa española y fue entonces cuando empezamos a sentir que nuestro sueño americano se iba haciendo realidad. Pero no todo es un camino de rosas y el trabajo, aunque supone muy buenas condiciones económicas puesto que le ofrecen casa y coche, tiene un inconveniente que es en el lugar donde nos hemos tenido que trasladar. El pueblo se llama Penonomé y aunque pertenece a una de las provincias más  grandes y pobladas de Panamá aquí es donde nos hemos dado cuenta realmente de que nos hemos venido a vivir al tercer mundo. No voy a entrar en detalles porque si no no termino nunca y ya tendré tiempo para contaros las mil y una historias que ya tengo.

Tras la odisea ara encontrar casa ya estamos totalmente instalados y aunque vivir aquí supone mayor calidad de vida porque no hay grandes atascos y contaminación como en la capital aquí es más complicado para mí el poder encontrar trabajo. Me salió un trabajillo de periodista nada más llegar. Me ilusioné mucho, ya que iba a ser la corresponsal de toda la provincia, pagaban poco (270 dólares al mes) pero no me importaba. El problema vino cuando me pidieron que investigara y escribiera sobre temas delicados vinculados con las drogas, la prostitución y la incompetencia de la clase política. Me planteé continuar pero la propia gente de aquí me decía que no me metiera en terrenos pantanosos que aquí esas cosas no sientan bien y podría tener consecuencias. Suena a película ero es cierto y por eso aquí sigo “compuesta y sin curro”. He seguido echando CV como loca porque trabajo hay pero las posibilidades que me han salido se han visto truncadas por la situación legal de mi estatus migratorio. Actualmente sigo como turista (la visa dura 6 meses) y arreglar los papeles cuesta unos 2000 dólares. Yo estoy dispuesta a arreglarlos pero no por un trabajo en el que me van a pagar 500$ que es el sueldo medio del trabajador panameño.

Pero bueno, aunque es cierto que las cosas no van tan bien como lo imaginaba antes de venirme tengo que decir que no todo es malo. Estoy conociendo sitios nuevos, otra cultura en la que tienes que aprender a tener mucha paciencia, a gente nueva y sobre todo estoy compartiendo mi vida con una persona increíble a la que tengo que agradecerle desde aquí el apoyo y el cariño que me brinda a diario. Esta era la única manera que teníamos para estar juntos  y aquí estamos, contra viento y marea. Gracias!!

Antes de despedirme decir que voy  a intentar escribir más a menudo para contaros como van las cosas por aquí y sobre todo para dar a conocer las muchas anécdotas que me pasan en este país al que desde hoy denominaré “el país de la paciencia”.

Un abrazo a todos y deseadme suerte!!!

¡¡Hasta pronto!!